....poesía actual

 

Los invertebrables
Olivero Coelho
Beatriz Viterbo, 2003

Desde la incomodidad el título, tanto a nivel fónico como semántico - ¿se trata de algo que no se puede vertebrar, o de algo que ya es vertebrado y sufre un proceso de invertebración?- Coelho declara un cierto gusto por la opacidad. Y esto se confirma en las primeras cuatro o cinco hojas donde la narración neblinosa podría resultar difícil de seguir para un lector impaciente. Alguien le lee a otras personas largas definiciones en una enciclopedia, la acción ocurre en un sitio oscuro, con una sola ventana, estas tres personas tienen nombres masculinos y aparentemente conviven, pero qué vínculo los une? (¿Son parientes, amantes, amigos?). Muy pronto, sin embargo la neblina se disipará y todo sucederá como en un teatro de barrio donde se encienden las luces de reflectores gastados: nada se aclarará realmente, pero quedará claro que se trata de una función de títeres, y ya no esperaremos ninguna verosimilitud o coherencia. Por el principio que rige su movimiento los títeres se encuentran siempre al borde del grotesco o lo estrafalario. Y en este borde se desarrolla la acción. Tres seres extraños se pelean encerrados en una casa que más bien parece una ruina y preparan su vida para la llegada de una mujer. En el mundo que habitan- un mundo aparentemente sumergido en el caos y en la destrucción - el Estado es el encargado de asignar como un recurso escaso lo femenino. Para dar forma a este mundo Coelho eligió un lenguaje poco natural, complicado, casi barroco. Las frases parecen esculpidas una a una buscando pacientemente el adjetivo o el verbo que chirríe o se deslice, que haga sonreír o sobresaltarse, en todo caso un trabajo complejo de engarce. Pero este barroquismo, este cierto uso alambicado de la lengua, se presenta como perfectamente funcional al universo que va creando la narración, y no como en muchos casos de lo que conocemos por neo-barroco como la afirmación programática de la materialidad del significante para obtener un surplus estético de dicha afirmación- Un universo cerrado (asfixiante) un sistema en sí mismo en el que a pesar de que el principio constructivo sea fragmentario –cada frase podría leerse también coo una unidad estética independiente- el efecto producido es el de una totalidad: la continuidad del mito, la fábula estructurada a través del paso del tiempo. En esta interpretación del barroco hecha por Coelho, la manipulación del lenguaje abordado como materia plástica no se sobrepone al uso del lenguaje considerado como vehículo de significado, ambas fuerzas conviven en un delicado equilibrio. La complejidad de la forma refleja la complejidad del pensamiento. En cuanto a la interpretación de este universo cerrado que tiene mucho de onírico, el lector tiene la libertad de proyectar cualquier contenido y es probable que este termine siendo en todos los casos coherente, ya que la trama está construida sobre un motivo lo suficientemente abstracto para abarcar muchas clases de contenidos posibles: el límite, la frontera, o la línea segregacionista entre dos mundos/estados/ temporalidades/barrios/clases sociales/ cuerpos, etc. Para terminar, en clave literatura de la crisis, podría decirse que “Los invertebrales” escenifica el miedo de la clase media a cruzar la frontera hacia ese otro mundo, oscuro e inquietante, que está un escalón más abajo. Al contrario de muchas otras obras que se quedan en la superficie al proponerse ser actuales, Coelho logra darle a este miedo tan actual una forma poética, y entonces su literatura resulta perturbadora.


Cecilia Pavón