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....poesía actual

 

Especiales Plebella

Dossier de poesía chilena - Abril 2008

 

MUESTRA DE POESÍA CHILENA RECIENTE: 1980-2007)

Selección, prólogo y notas: Matías Ayala

Poemas de Rodrigo Lira, Diego Maquieira, Tomás Harris, Roberto Merino, Jaime Luis Huenún, Julio Carrasco, Yanko González, Juan Cristóbal Romero, Andrés Anwandter, Claudio Gaete Briones, Paula Ilabaca,

 

 

MUESTRA DE
poesía reciente CHILENA: 1980-2007

Selección, prólogo y notas: Matías Ayala

 

De partida, habría que desechar las intenciones de abordar la poesía chilena reciente desde un punto de vista generacional. Esto, debido no sólo a razones teóricas, sino que también prácticas. Dentro de las primeras -además de la arbitrariedad evidente de la categoría- habría que contar con que la invención de generaciones parece ser trabajo de periodistas, poetas o profesores para captar la atención prescindiendo, incluso, de una obra más o menos interesante.

Entre las razones prácticas, encontramos la inutilidad producida por los sobresaltos del campo cultural chileno de los últimos 30 o 35 años. La idea implícita en esto, eso sí, es la dependencia del espacio cultural de otros ámbitos como el político, social o el económico. A pesar de que es difícil no reconocerle una historicidad propia, más que la autonomía del mercado que dan algunos lectores más o menos constantes, es posible constatar cómo cada uno de los eventos políticos y sociales de finales del siglo XX y principios del XXI han dislocado las directrices sociales y culturales del espacio poético. Acontecimientos como la llegada de Salvador Allende al poder en 1970, la instalación de la dictadura militar de A. Pinochet en 1973, la crisis económica y las privatizaciones de los años '80, la vuelta a la democracia en 1990, la "consolidación" del modelo liberal, etcétera, han desarticulado también el espacio poético.

Por todo lo anterior, habría que considerar como una especie de persistente anomalía esto llamado la "tradición poética chilena". Nunca realmente se ha tenido un espacio temporal -salvo, quizás en estos últimos 15 años- de "normalidad", en que el trabajo poético pueda desplegarse con relajada constancia. Así, la supuesta solidez de la "poesía chilena", de la que los mismos poetas chilenos se suelen jactar, se debe a razones difíciles de establecer. Por el momento, la única forma de explicarse dos Premios Nobel de poesía (G. Mistral y P. Neruda) debieran recaer en el azar o en impracticables argumentos divinos o nacionalistas.

Como ha notado la crítica y los mismos autores, la politización de la sociedad a fines de los años '60 -coronada por la llegada de la Unidad Popular en 1970- produjo, como una suerte de reacción, una poesía que se intentó desligar de la acción política frontal. En Chile, como en otros países latinoamericanos, la política fue un espacio cultural que se engulló a otros ámbitos de la sociedad y frente a esto, el discurso poético se vio en la necesidad de replegarse en el trabajo con códigos culturales, subjetivos y literarios, como lo atestigua la obra de Gonzalo Millán, Óscar Hahn y Waldo Rojas. De esta forma, frente a la figura mundial de P. Neruda, la "poesía comprometida" y la canción de protesta en los años '60, la mejor poesía chilena no fue política. La obra de Nicanor Parra o Enrique Lihn (como ejemplo de poetas que venían trabajando desde los años '50) intentó plantearse críticamente -y a veces, irónicamente- frente a la política.

La dictadura de 17 años que gobernó Chile cambió esta escena de forma radical. De hecho, fue un quiebre en muchos sentidos, aunque no en todos. Una buena parte de los escritores se fue al exilio, otros más tuvieron que trabajar en un espacio cultural fuertemente reprimido y empobrecido. Dada las autoritarias condiciones de vida, una línea considerable de la poesía escrita se plegó a la poesía conversacional, que en su versión local se encuentra dominada por la inflexión irónica y descentrada de N. Parra. Esta tendencia no sólo permite un acercamiento más o menos realista y crítico al mundo, sino también la expresión subjetiva y la ambivalencia del monólogo dramático.

Si bien algunos de los exiliados practicaron una literatura de denuncia, lo más notable que emergió en Chile fueron las nuevas formas neo-vanguardistas de significación y subjetivación poética. Esta experimentación se dio a la par de un retraso y disminución de las obras editadas: se publicó poco y raro. De hecho, da la impresión de que durante la primera mitad de los años '70 apenas se imprimeron libros de poesía. Ya para finales de esa década empezaron a aparecer algunos volúmenes de autores que bajo el concepto de "generación" debieran haberse publicado hace años. La obra de Rodrigo Lira (1949-1981) y de Diego Maquieira (1951) son ejemplo claro de esto. Ambos poetas comienzan a trabajar durante los años '70, pero sólo salen a la luz durante la siguiente década. R. Lira basa su trabajo textual en una clave dialógica y intertextual, pero su acercamiento es paródico, efusivo y descentrado. D. Maquieira, en cambio, lleva el monólogo dramático a lugares insospechados al dar voz a una troupe de mafiosos-orates-artistas, como cifra de una sociedad monstruosa.

Para finales de la década de los '80 era posible dividir y reducir la escena poética chilena entre los poetas parrianos (subjetivos y populares) y los neo-vanguardistas-académicos (que se parodiaban a veces a sí mismos, sin saberlo). Como una síntesis entre ambos surgen fuertemente las escrituras feministas y las de minorías étnicas, sexuales, geográficas y sociales, que enarbolan sus banderas identitarias en busca de rendimientos a la vez políticos y poéticos. Es posible que las escrituras más perdurables de aquellos años sean las que se han intentado desmarcar de aquellos extremos y seguir un camino propio. Tomás Harris (1956) utiliza procedimientos narrativos y acumulativos para recrear en clave monstruosa, fantástica y mítica la sociedad contemporánea. En cambio, Roberto Merino (1961) ha poetizado los devaneos de una conciencia en donde recuerdos, sueños, imágenes y sensaciones se mezclan evitando el registro surrealista.

Da la impresión de que los poetas que comienzan a publicar en la década de los '90 y del 2000 pudieron leer más y más variados libros durante su formación que sus antecesores (hispanoamericana, estadounidense, inglesa), etc. Si a esto se le suma el fin de la dictadura, es posible notar una apertura y una multiplicidad de escrituras muy difíciles de abarcar en un paneo rápido. Jaime Luis Heunún (1967), de ascendencia mapuche-huilliche se ha hecho -con apenas dos libros y un par de antologías- una figura ineludible en la poesía chilena, ya que logra sortear las aporías que han acechado a la poesía mapuche de reciente aparición. De esta forma, Huenún no sólo evita acentos inocentes y nerudianos de armonía natural y mítica o, al contrario, el lamento histórico, sino que lidia con conflictos culturales de oralidad y escritura, pasado y presente, ciudad y campo, nación mapuche y chilena. El trabajo con la lengua y las expresiones orales también se encuentra presente en la obra de Yanko González (1971), aunque sin duda, con una intención más ácida y basada en escenas de intercambios sociales y cotidianos. Julio Carrasco (1969) se acerca a lo narrativo y a las escenas dramáticas con una sensibilidad especial para las epifanías profanas y el absurdo, aunque también es un eximio retratista de las tensiones psicológicas propias del término de las relaciones amorosas.

Juan Cristóbal Romero (1974) logra crear un tono que a pesar de la sordina, muestra una flexibilidad de registros, y combina la soltura oral con el rigor intelectual de manera ejemplar. Andrés Anwandter (1974) utiliza al lenguaje con distancia objetivista y como una herramienta de exploración subjetiva y social. En los textos de Claudio Gaete Briones (1978) una conciencia divaga y especula en busca de sus temas, aunque entregado a la digresión y el flujo del discurso. Por último, Paula Ilabaca (1979) combina elementos líricos y dialógicos, dramáticos y narrativos, en poemas acumulativos, que utilizan fragmentos, reiteraciones y series de voces.

Como en otros países de América Latina, en Chile la poesía parece haber perdido una directriz clara, pero por eso mismo ha ganado en diversidad. Esta selección espera muestra de aquello.(2)

Matías Ayala

 

(2) Se han excluido algunos de los nombres de los poetas que han circulado más en Chile y en Argentina en diferentes antologías recientes como Altiro (2001), Zur dos (2004), Cantares (2004), El decir y el vértigo (2005), Diecinueve (2006) y que, perfectamente, podrían integrar esta lista. Entre ellos figurarían: Gustavo Barrera, Javier Bello, David Bustos, Germán Carrasco, Paulo de Jolly, Héctor Figueora, Kurt Folch, Cristián Gómez O., Elvira Hernández, Verónica Jiménez, Cristóbal Joannon, Adán Méndez, Erik Pohlhammer, Matías Rivas, Leonardo Sanhueza, Antonia Torres, Malú Urriola, Bruno Vidal y Raúl Zurita, entre otros.

(1) MATÍAS AYALA (1973) poeta, profesor y crítico literario. Editó una Una nota estridente de Enrique Lihn (2005) y publicó los libros de poesía Escafandra (1998) y Año dos mil (2006).

 


 

RODRIGO LIRA

 

 

 

ARS POETIQUE

 

                  para la galería imaginaria

 

Que el verso sea como una ganzúa

Para entrar a robar de noche

Al diccionario        a la luz

De una linterna

                 sorda como

Tapia

           Muro de los Lamentos

Lamidos

         Paredes de Oído!

         cae un Rocket    pasa un Mirage

         los ventanales quedaron temblando

Estamos en el siglo de las neuras y las siglas

                                                        y las siglas

son los nervios, son los nervios

El vigor verdadero reside en el bolsillo

                                            es la chequera

El músculo se vende con paquetes por Correos

la ambición

                     no descansa la poesía

                                               está c

                                                        ol

                                                           g

                                                              an

                                                                   do

en la dirección de Bibliotecas Archivos y Museos de Artí

culos de lujo, de primera necesidad,

           oh, poetas! No cantéis

a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas

mermelada de mosqueta en el poema

 

El Autor pide al Lector diScurpas por la molestia (Su Propinaes Misuerdo)

 

 

 

ELA, ELLE, ELLA, SHE, LEI, SIE

 

y en tus hogueras,

en los ardores de tus creencias,

te enseñaré mi cuchillo de palo

Alvaro Ruiz, "Inocencia", en dieciocho poemas, alfabeta impresores, s.d.

 

las llamas del amor ya no llaman

Erick Pohlhammer (en la Revista del Domingo, 15 de agosto de 1976)

 

Mi amor se acrecienta más y más en la medida que tus ojos

se diferencian más y más de todo lo antes visto por los míos

Erick Pohlhammer, "a Andrea", sec Poesía para el camino, U.E.J. / ed. Nueva Universidad; alfabeta impresores, Santiago, 1977.

 

Ven acá bombón

y te mostraré mis petardos

mis más secretas y oscuras detonaciones

Roberto Merino, Ciclotrón (Inédito)

 

"prolongado repicar", o mejor dicho, redoblar, que son las campanas las que repican, Sancho, que no los tambores, "antes de que la trapecista" -que en este caso es el trapecista- (¿"creador literario"? ¿"auténtico demiurgo"? ¿defendiéndose atacando jugándose "solo, cara a cara a la carilla en blanco"?)- "se juegue la vida".

 

las expresiones entre comillas pertenecen a la crítica de la antología poética para el camino según aparece firmada por edmundo concha en el primer número de cierta revista chilena de la hactividad hartística llamada algo así como la motoneta o la citroneta

 

 

Todavía no le dirijo la palabra esta tarde andaba con una amplia blusa blanca

esa tarde llevaba calzones rojos por su período y lo arcaico de su receptor de flujo

le salieron pecas con la primavera o esta última logró que al fin me percatara

Yo quería besarla sólo en la penumbra de la escalera del lado Este -en el verano casi no se usa

y en la sala oscura para teatro cine escultura actos culturales y conferencias

hubo confidencias y algo más que un beso.

Después, bailaba, al medio del círculo conga conga que siga la milonga terminó el kurz eins del Goethe -sie gut, ich sehr gut

Mechona del pedagógico ojipintada entonces dancing in the ring eo eo que siga el hueveo semana premechona-

yo bailaba en medio conga conga con parsimonia -sin zafarme como en las fondas- o miraba tomando una cola el bailoteo

Está tomado créditos de fundamentos sicosociobiológicos y filosoficales de la educaciónica

Estará estudiando geografía, la geografea, en el campus oriente de la ucé, seguirá yendo a misa, la pata peluda

Dejó aquí su pijama japonés este mediodía y le compré mentolados cigarettes antes de dejarla en la micro

dormí sin sueños después de un orgasmo así y las vértebras se movían solas

y se salía solo y solo, antena, encontraba su camino hoy, después del desayuno

tal vez se case con un brasileiro, tal vez se divorcie de su madre tal vez se case conmigo, tal vez

Quién lo diría, dirán cuando digamos que nos casamos los que eso dijeran

El año pasado lloré de alegría ante el simple hecho de que existiera

estuvo entonces dispuesta a ir un rato a mi piso de soltero pero aún la espero

le escribí cosas que le mandé y cosas que no le mandé

Tengo pensado confeccionarle alguna misiva cuando tenga un tiempito

(la verdad es que no me gusta demasiado y no sabe moverse al caminar)

Arrebola la cafetería y me sale hasta en la sopa, me encanta su nariz exacta

Sé de buena fuente que hacia mí es péndulo entre miedo y amor

En el fondo le tengo rencor, supongo, y me gustaría violarla violentamente

La verdad es que no pude contenerme y jugué el estúpido juego de siempre y perdí la mano

Manco, cómo podría masturbarme, y casado no haría falta, yo supongo, digo yo

Volvió con su novio, después de esa semana de plazo salieron La dejó en su asa, él chocó su auto

parabrisas en cerebro -novio no vio árbol, o poste- y una postal desde Baires habría bastado

(era la tempranera   del paraná   niña   primera   amanecida flor)

Debería haberme casado con ella aunque no fuera marilyn monroe ni mi mamá.

He pensado seriamente matarla carnearla salarla o írmela comiendo a lo largo de un año

Supongo que los vecinos sospecharían algo cuando aparecieran maceteros con flores y cuadros secándose al sol

Podría fácilmente terminar en la cárcel si se atraviesa de nuevo en mi camino

le daría un beso rojo un beso chocolate un beso plástico otro sicalíptico y otros besos

me pondría a visitar las más sofisticadas tiendas para ropa interior y abalorios

vendería calzoncillos con tal de pagar las cuotas de la moto para pasearla

Está claro que al llegar y al salir del templo coche con caballos y con todo

Aún no llega y mi reloj hace minuto y medio que marcó las 21:00

A la hora veinticinco tal vez me haya emasculado -amputado las gónadas, en términos técnicos

Y qué hago con el pijama japonés si nunca vuelve y dónde archivo su recuerdo

Y si después se instala y es doña copropietaria -dueña- vecina y señora

Realmente, esa señora es una suegra de caricatura, y no me gusta nada

-señora que no estaba mal de repente... pero para mí, más jóvenes

La araña se come al araño y la abeja reina mata a los zánganos

Tuve que tomar vino y llorar, ese sábado azul con nubes cúmulos

El problema es que no tengo teléfono, ni moto, ni soy estúpido

Estupenda, con fundamento se siente inteligente, y necesitaría un pi eich di ( * )

me negó su beso a pesar o a causa del halo de la luna llena, y no quiso devolverme los papeles de ese spell: quemólos, parece: bofetada

Mis graficaciones magistrales le parecieron "originales pero no bonitas" no cachaba mucho la muchacha

pero fueron sus senos los que le dieron mi asiento en el bus de marzo

Saliendo, me advirtió que íbamos a pelear desde nuestros cafés, instalados en Los Cisnes

pero escuchaba atentamente desde atrás, y en alguna medida llenó alguna expectativa

-aunque ese actorucho de mierda tenga todo el derecho de interponerse

Todo era bastante más increíble que una película ganadora del premio cineúq

(ibámos a ser una eminencia gris duplex tras el tirano de opereta de turno)

Todavía está la posibilidad de las Islas Canarias las prostitutas núbiles o la cría de canarios, o la horticultura

Debería sorprenderla por la espalda a mansalva la emboscada en despoblado

Y qué diablos pasaría si quedara embarazada la muy parida

-"Casarse es un buen negocio"- me dijo un sicólogo que fuma marihüana näda dë tonto al invitärme a su böda

Y no sé qué crestas tendría que hacer que no apareció en el momento preciso

Supongo que soportaría sin titubear sus adulterios y pelos en el baño y sus pezones

¿por qué no volverá a mis brazos se olvidaría de esa vida que vivimos en otro tiempo y otro espacio

Tal vez un poco de lata de almuerzos en bandejas plásticas y colas y empanadas en los bares

-Te tengo pechuga de pollo con cebolla- le acabo de decir y le leo al escribir

debo reconocer que en todo momento hace lo posible por parecer un alucinante poster en movimiento

No es bueno que el hombre esté solo dijo o dijeron mirando al adán inédito y virgen

No sé si elohim dios o elohenu plurales -dos al menos- o adonai iod he vau ne -no sé mucho hebreo por el momento

Adán dijo hueso de mis huesos carne de mi carne será llamada pues del hombre fue sacada

Todavía no pasa nada y anoche no le dije buenas noches ni falta hacía después de

y la verdad es que el segundo capítulo del génesis me interesa escasamente,

y si no nos hubiesen intoxicado con cristianismos acríticos de enésima mano -San Renán, por ejemplo, ni evidentemente los rojos

Ahora está tratando de imitar la notable artesanía de batir el café instantáneo que tan bien sé practicar

una melodía suave por mi vieja compañera la radio nos toca el violín

Está el problema del ruido de los autos el pito del lechero en las mañanas y las noches solas

Si fuera católico no sé si me haría monje o me conseguiría catoliquillas carismáticas

No tengo inconvenientes en compartir el cepillo de dientes y las alfombras

San Pablo escribió 'más vale casarse que quemarse' 'el que no trabaja que no coma' y 'alejandro el calderero me ha hecho mucho mal' en sus epístolas1

El reverendo Valënte recomiënda castidäd a Nerüda pero nada sobre cómo2

Aunque todavía no instalo el juego de espejos, el ámbito está propicio:

está el sahumerio chino las manzanas el pollo las cebollas y el pan

ella está conmigo y ella no está conmigo -escribió el joven pablo, y su älma

no se conformaba con haberla perdido -a mí nada con almas ni aunque vengan "bien dotadas"

ni aunque vengan ofreciendo geografías sin dejar alternativas por ahí, en letras de molde:

prefiero dobles etéricos o bioenergéticos, chakras, cuerpos causales astrales o -last but not least- materiales

cuerpos de ser posible bien hechos, bellos como el mío o el de ella bella

y dice no sabe dónde quedaría ese libro en inglés que estaba leyendo

enciende la luz, se sienta en la cama, le doy la espalda: sigo escribiendo

creo que alguien ha muerto en este instante, tal vez alguien haya abortado y más de alguien habrá nacido

otro poema -si es que puede llamarse poema a esta volada- ha quedado terminado.

 

(*) Ph. D., abreviatura inglesa para "Philosophy Doctor" (doctor en filosofía)

(1) Cf. 1º a los Corintios, VII: 9, 2a a los Tesalonicenses, III: 10 y 2a a Timoteo, IV. 14.

(2) Ref. Ibañez L., J. Miguel: Poesía Chilena e Hispanoamericana Contemporánea. Nascimento, Santiago, ......1975, p. 176.

 

Postscriptum

 

El autor agradece por haberle provisto de material empírico para este texto, cuya primera versión fue manuscrita al anochecer del lunes 2 de octubre de 1978 y dedicado a San Antonio y a "esa gente tan pobre que hace el amor con ropa" (1), a Sonia C., Patty R., Violeta A. B., Norma W., Fernanda S-C. de V., Isabel M. C., Isabel L., Paula E. R., y a la memoria de Karin Cervantes Sch, encarecida y cariñosamente, y a ella, lamentando que las circunstancias no hayan permitido incluir el proporcionado por la leo, la chica de castellano, la vecina de enfrente, las empleadas de la panadería y la cafetería, Alicia -principiante en el oficio-, la Julie de la villa, la Yuli de Chillán, una profesora de sicología, Veronica de La Serena, las Martas de Vicuña, Lin de Diaguitas, Sol (e) de Arica, y cierta señora Isabel de Iquique (quinceañeros entonces ella y yo cadete besos primeros en verano con Marilú -la prima de la polola-) entrevistos los desnudos de la hija de un soldado artillero de puño amputado por una granada, pechos de la empleada y el Chevrolet 51 en la playa de Cavancha y en la pampa, en Baquedano.

 

(1) Diego Maquieira, "en blanco otoño", en UPSILON, Santiago, 1975.

 

 

RODRIGO LIRA (Santiago 1949-1981) Después de su suicidio fue publicado Proyecto de obras completas (1984, reedición 2003) y Declaración jurada (2006).
DIEGO MAQUIEIRA

 

 

 

LA TIRANA I

(ME SACARON POR LA CARA )

 

Yo, La Tirana, rica y famosa

la Greta Garbo del cine chileno

pero muy culta y calentona, que comienzo

a decaer, que se me va la cabeza

cada vez que me pongo a hablar

y hacer recuerdos de mis polvos con Velázquez.

Ya no lo hago tan bien como lo hacía antes

Antes, todas las noches y a todo trapo

Ahora no.

Ahora suelo a veces entrar a una Iglesia

cuando no hay nadie

porque me gusta la luz que dan ciertas velas

la luz que le dan a mis pechugas

cuando estoy rezando.

Y es verdad, mi vida es terrible

Mi vida es una inmoralidad

Y si bien vengo de una familia muy conocida

Y si es cierto que me sacaron por la cara

y que los que están afuera me destrozarán

Aún soy la vieja que se los tiró a todos

Aún soy de una ordinariez feroz.

 

 

 

LA TIRANA II

(ME VOLE LA VIRGEN DE MIS PIERNAS)

 

Me caía a la cama rosada de su madre

la cama pegada a la pared del baño

Me caí con velos negros en ambos pechos

cada uno entrando a su capilla ardiente

Yo soy la hija de pene, un madre

pintada por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

Mi cuerpo es una sábana sobre otra sábana

el largo de mis uñas del largo de mis dedos

y mi cara de Dios en la cara de Dios

en su hoyo maquillado la cruz de luz:

la que se la suben de ahí, la D.N.A.

la marginada de la taquilla

la que se la están pisando desde 1492

Pero mi cara ya no está más a color

está en mi doble más allá enterrado

con todos mis dedos y mis dientes en la boca

Yo soy Howard Hughes el estilita

me volé la virgen de mis piernas

había pensado tanto en mí misma.

 

 

 

LA TIRANA III

(PULL DOWN THY VANITY)

 

Deja de mirarte por alguna vez en el cielo

y sácate ese sombrero elegante, Velázquez

porque te voy a hablar de amor

Eres un brillante ramplón y un sabio

Tal vez el último que haya tocado el alma

de esta pandilla, de estos pajes que hablan

y caen aquí en este salón encantador

Porque dime, ¿en qué otro salón,

sobre qué otra alfombra,

podría haberse juntado tanta mediocre notabilidad?

Que no saben ni lo que es la gran vida

ni un antiguo pebetero de cloisonné

ni un buen polvo lleno de ternura

Velázquez, por favor, echa a los mozos

Porque como ya sé que me has abandonado

y que piensas robarme toda mi plata

No te quedes con todo, no seas tan duro

déjame por lo menos tu vanidad

Deja a un lado tus modales de chambelán

y escúchame que ya no voy a hablar más

El amor que yo llevo adentro es terrible

es como arrasar viento y conmover despojos

se va acercando a los ojos de Dios

va levantando un vuelo de Juicio Final

y se va haciendo tan grande, tan adverso

que ya no hay cómo echarlo abajo

No se te ocurra intentarlo, Velázquez

Nos aplastaría a todos.

 

 

 

LA TIRANA IV

(HOTEL VALDIVIA)

 

No quiero hablar del medio papelón

Velázquez. Perdóname, pero no había

nadie. No fue nadie a tu estreno

cuando te arrendaste el Hotel Valdivia

para restaurar la Inquisición de Lima

que te quedaba más cerca

y complacer así a tu Iglesia.

Nos recibiste subido en el techo copiado

a la pata al cola de Miguel Angel

Y te tirabas desde allá arriba

a hacer volar la pieza principal

de los Reyes Católicos.

Estaban tus peores amiguitas

La Pío Nono, La Carla y la Reina María

Así fue que tu amigo el prelado buenmozo

que merodeaba por el sector

se persignara como el mar

La media fiesta, Rodríguez, los pocos invitados

que iban llegando volaban por los salones

porque los cuerpos iban en el aire, Velázquez

agarrando lámparas y gritando amor

a los ataques inmisericordes de tus perros

No sabíamos cómo monjas salir de ahí

Y ya estábamos pensando en dar la muerte

cuando te vino un fuerte bajón a la cara

y se te ocurrió echar a volar a la mamá

mente fuera de aquí, y verla paseándose

desconsolada por los pasillos del hotel.

 

 

 

LA TIRANA V

(NICOLAU EIMERIC)

 

Fue feroz cuando tu enemigo máximo

el más célebre y perverso de los católicos

el jefe máximo, el más perro de la religión

chilena entró a tu casa en solemne ceremonia

buenmozo, con sus negras vestiduras

y acompañado por Olivares. Fue impresionante

todos tus invitados lloraron al verlo

Entonces le ofreciste tu sofá de Boeri

y mandaste prender los candelabros

para darle más cabeza al ambiente

Le presentaste a la Alessandra Mussolini

por si acaso conseguías perturbarle el alma

y por poco no se te acaba la fiesta

porque había que tener cojones

para irse a meter ahí después de todo

y uno que como tú conocía al demonio

Te costó mucho mantener la calma

entre tu familia, habián varios que ya

querían echárselo. Pero estuviste seco

al darles de una pasada, con los Aulenti

yéndose para atrás por las paredes

del medio salón, porque se trataba de no tocarlo

y porque no podías dejar que la cruz

se te fuera de las manos en ese momento

Me oyes Velázquez? Te estoy hablando.

 

 

 

NUESTA VIDA Y ARTE 

I CASTRATI

 

Haber sido unos grandes copiones

Fue lo nuestro. Copiamos en ediciones Urtext

Y lo poco que hicimos, lo hicimos

A expensas de habernos volado la cabeza

Que se nos moría de hambre.

 

Quisimos ser iconoclastas mitómanos

Lenguas desatadas del porvenir

Pero se nos pasó algo peor:

Seguimos los terribles dictados

De la tontona crítica oficial

La que, con sus buenos oficios

Nos convirtió en perros falderos

Respetuosos de una ya larga tradición

Que venía recién saliendo del horno.

La eunuca, que no hace muchos años

Suprimió las peleas de gallos

Siendo que éramos gallos de pelea.

 

También no, nuestra monja superiora

Que sabía mucho de vida y arte

Inventó la homilía chilena contemporánea

Y nos dijo que la papa había que buscarla

En las grandes obsesiones religiosas

De los viejos místicos malditos.

No hay que olvidarse que al ateo Borges

Lo agarró la Inquisición un mal domingo

Y le dio cuatro latigazos en la espalda

Contra eso no había nada que hacer

Y entonces todo acto creador

Nos produjo un aburrimiento muy nuevo.

 

Así, nuestra vida y arte acabó afuera:

El pianista norteamericano Arrau

Los franceses Matta y Raoul Ruiz

El neurocirujano panameño Asenjo

El autopoieta Humberto Maturana

El parisino Marqués de Cuevas

Y otras pastas muy cojonudas.

 

Pero no se aflijan mis doctos perros

Y chupemos juntos de este gran bombo

Aquí esta noche en el Teatro Municipal.

Pasa, pasa Derrida, estás en tu casa

Aquí no nos cuesta nada hacernos famosos.

 

 

 

ARS VITAE

 

Teníamos fuerte afición al vino

le rendíamos culto a los racimos de uva

y éramos arrogantes, crédulos

pendencieros

Preferíamos la muerte

a perder la libertad

y llevábamos la alegría del amor

hasta las puertas del infierno

hasta desafiar a la misma muerte

desnudándonos en pleno combate

o agrandándonos las heridas recibidas

Y si veíamos en peligro la vida

de nuestras mujeres y la nuestra

nos dábamos muerte por gusto continuo

Y éramos tan arrebatados en la guerra

que jamás actuábamos de acuerdo a un plan

No conocíamos ni la humildad

ni la caridad, ni la abnegación

ni la dulzura

Éramos serios y semifabulosos

y adorábamos a nuestras esposas

que adoraban el falo y el oro.

 

 

 

LEVANTAMOS UN FARO

 

Levantamos un faro en medio del mar

un faro de paredes de papiro

que usábamos para guardar los vinos

y para echarnos a beber con mujeres

pero no hacíamos nada para la posteridad

Una noche que intentamos dar Macbeth

nos demorábamos meses en darla

y se nos olvidaba en qué íbamos

Habíamos levantado un faro en el mar

para no hacer nada en la vida

y gozar desnudos y con mujeres

Ma a veces maravillados por un Mirage

por una clona que nos hacía los ojos

asaltábamos a la sexta flota española

y promovíamos graves desórdenes bajo cubierta

Pero no hacíamos nada grande la verdad

Abusábamos del amor

del ocio y del porvenir

y bebíamos hasta moverle el piso al mar.

 

 

DIEGO MAQUIEIRA (1951). Si bien publicó Upsilon (1975) y Bombardo (1977) con La Tirana (1984) y Los sea harrier (1994) entró firmemente en el panorama de la poesía chilena.


TOMÁS HARRIS

 

 

 

ZONAS DE PELIGRO

 

Así como largas y angostas fajas de barro

Así como largas y angostas fajas de noche

Así como largas y angostas fajas de musgo rojo

bajo la piel

 

Las zonas de peligro son ininteligibles. O las

prefigura un rojo disco de metal,

símbolo de un sol mohoso al fondo de una calle desmembrada

meado por os perros.

 

Las zonas de peligro son inevitables; te rodean

el cuerpo en silencio,

en silencio te lamen la oreja,

en secreto te revuelven el ojo,

sin el menor ruido te besan el culo

y los escasos letreros de neón ocultan su única identidad:

campos de exterminio.

 

 

 

LOS CUERPOS

 

Innominados,

los cuerpos, como sin ojos, no sé si te miran,

pero te miran.

 

 

 

OROMPELLO I

 

Un disco Pare es un ojo; una sangrienta córnea de latón.

Orompello es un puro símbolo echado sobre la ciudad.

Y las putas no tienen la culpa.

Sólo cumplían con su deber.

El otro día nomás esperaba micro en la esquina del

baldío y oí una voz que me decía: "Ven y mira".

Miré, y no había más que un caballo amarillo al tranco

por sobre la calle adoquinada.

Y un espejismo las putas vestidas de ropas blancas,

y un espejismo los eriazos floreciendo;

repito, mientras esperaba micro en la esquina del baldío.

No me van a venir ahora con que Orompello es un puro símbolo

echado sobre la ciudad

y la casas siete casas con puertas de oro

y las putas siete putas vestidas con ropas blancas.

 

 

 

MAR DE LOS PECES ROJOS

 

Me pararon al frente, me dijeron

habla

y hablé.

Me pararon al frente, me dijeron

desnúdate

y me desnudé.

Me pararon al frente, me dijeron

órnate

y me incrusté oropel, rubí, esmeraldas, pedrerías,

oro falso

en el cuero.

(Aplausos)

No sufrí apremios físicos, debo decirlo,

pero me rodeaba la muerte.

La noche, esa noche, era primordial.

Había calles angostas,

pasos, gritos,

cuerpos.

Los puntos cardinales estaban perdidos.

Yo estaba perdido, en un sueño, en una película.

La noche de La ley de la calle.

El mundo era un círculo en blanco y negro

despoblado por fantasmas

y habitado por dos peces rojos

devorando su reflejo

a falta de víctima.

Todo esto era circular y referido por la muerte;

el mundo era circular, en blanco y negro, habitado

por dos peces rojos devorando su reflejo.

Todo transcurría en el teatro o en el cine.

Todo transcurría en la calle o en un sueño.

Los puntos cardinales se habían perdido

y el vértigo de la velocidad entraba por los ojos,

por los poros,

yo estaba poseído por efectos especiales.

La ciudad era un mar en penumbras,

blanco y negro,

dos peces rojos.

Devoraban sus reflejos.

Yo era un pez, Almirante, y la muerte,

otro pez.

 

 

 

MAR DEL DOLORIDO SENTIR

 

Me cosieron la boca y los ojos

me inocularon coca cola en las venas

todo transcurre en una película mexicana

what is your name me preguntó alguien

desde alguna parte

ahora ya no puedo seguir hablando por todos

ustedes se esfumaron tras ese halo de luz

los demás desaparecieron en ceniza

se obliteraron en humo o lluvia de la ciudad

a mí me arrastraron por un pasillo angosto y húmedo

como vientre

rojo

(la intensidad del color filtraba la venda)

olía a pierna humana

como en el corredor de Lautrémont

¿sugar mister? Me preguntan ocultos

por la radio tocaban un corrido

perros ladraban

la música se me emplasta por los oídos

por ahí puedo sentir bien

por acá no

el corrido comienza a arderme en los oídos

los hombres sacan pistolas

a mí me trataron como a todo prisionero de guerra

olvidando los tratados y la piedad

el pasillo se adensaba hasta el mismo color del miedo

ahora el espacio y las sensaciones eran intensidad pura

energía pura

mi cuerpo se confundía con el pasillo y mi pensamiento con mi

cuerpo

un perro negro metía y sacaba la lengua

muy rosada

la sangre me chispeaba en las venas

(me habían inoculado coca cola)

el pasillo se hacía verde azul dorado tras la venda

todo iba siendo brillo y color y ardor

i have the power

pensé entonces,

y desembocamos, como si fuera un coito, desembocamos:

aparecí en la calle Pedro León Gallo; había baldíos,

por todas partes, hierros viejos, raíles, huellas,

niños en desnutrición:

a la izquierda de mi cuerpo, de mi dolorido sentir,

había un túnel, rojo,

gruta vulva socavón o cueva,

las nubes descendían al nivel de mi cara,

un perro negro metía y sacaba la lengua,

amanecía en Concepción.

 

 

 

MAR DE LOS PECES ROJOS

 

Me pararon al frente, me dijeron

Habla

Y hablé.

Me pararon al frente, me dijeron

Desnúdate

Y me desnudé.

Me pararon al frente, me dijeron

órlate

y me incrusté oropel, rubí, esmeraldas, pedrerías,

oro falso

en el cuero.

(Aplausos)

No sufrí apremios físicos, debo decirlo

Pero me rodeaba la muerte.

La noche, esa noche, era primordial.

Había calles angostas,

Pasos, gritos,

Cuerpos.

Los puntos cardinales estaban perdidos.

Yo estaba perdido, en un sueño, como en una

película.

La noche en la ley de la calle.

El mundo era un círculo en blanco y negro

Despoblado por fantasmas

Y habitado por dos peces rojos

Devorado por su reflejo

A falta de víctima.

Todo era circular y referido por la muerte;

El mundo era circular, en blanco y negro, habitado

Por dos peces rojos devorando su reflejo.

Todo transcurría en el teatro o en el cine.

Todo transcurría en la calle o en un sueño.

Los puntos cardinales se habían perdido

Y el vértigo de la velocidad entraba por los ojos,

Por los poros,

Yo estaba poseído por efectos especiales.

La ciudad era un mar en penumbras,

Blanco y negro,

Dos peces rojos.

Devoraban sus reflejos.

Yo era un pez, almirante, y la muerte,

Otro pez.

 

 

 

TEATRO DE SOMBRAS

 

Pero estábamos en el Hotel King: proyectadas

sombras chinas marionetas actores agónicos sobre

los muros pálidos cómo éramos nada más un simple haz

de luz sobre la ilusión derruida de este mundo

proyectado sobre los pálidos muros del Hotel King.

Las imágenes habían abierto una escalera oscura,

colgante sobre un tiempo impregnado de humedad ventral

y los presagios. Nos abrieron una escalera al frente

para que ahora, anhelantes, ascendiéramos por ahí.

Tu cuerpo era un fulgor tenue en la densidad de la

escalera y yo te seguí por que tú parecías abrir

la espesura de lo oscuro con su ensoñada complexión.

Las puertas se abrían las puertas se cerraban.

Los pasillos subían hasta el entretecho multiplicándose por las

cabeceras de los catres. Había más cuerpos entre nosotros,

no sé si muchedumbres, pero no estábamos solos.

Los cuerpos de los catres estaban muertos.

Los cuerpos de los catres estaban vivos.

Los cuerpos en los catres no estaban vivos.

Jamás sabré si hubo una ventana, pero se filtraba

sobre los muros pálidos el fulgor verde de un letrero

luminoso. Y el delirio que acompaña el amor,

en el delirio impune en que terminábamos todos

comenzamos a imaginarnos cosas.

 

 

TOMÁS HARRIS (La Serena, 1956) Publicaciones de poesía: Zonas de peligro (1985), Diario de navegación (1986), El último viaje (1987),  Cipango (1992, reedición 1996), Noche de brujas (1993), Los siete náufragos (1995), Crónicas maravillosas (1996), Ítaca (2001), Encuentro con hombres oscuros (2001), Tridente (2005) y Lobo (2007).  Ha editado (con T. y L. Calderón,):  25 años de poesía chilena (1970-1995) (1996). Cuentos: "Historia personal del miedo (1994).


ROBERTO MERINO

 

 

 

PRIMERA HORA

 

Sumergido en el Ganges de mi cama

buceando me despido de esta vida

(sobre mi carne el sueño hace su fuego).

Reaccionario no: más bien soy refractario,

una especie de cuerpo transparente

que se aburre y se duerme en su deriva.

Con extraña retina grabo el día

en perpetua prisión domiciliaria.

Provocar la salida (para qué)

de este sueño por la bocatoma

de un foso, garganta o la guarida

de oscuridad fumada con empeño.

Porque no todo lo que aliento empaña

necesario reflejo es de la vida.

En la berma del camino a Cartagena

(restados del paisaje prometido)

sin gran intimidad nos extraviamos.

Carro y estrella e ideal atados

perdimos a las afueras de ese sueño.

 

 

 

TANTALISE

 

Es demasiado caro haber amado,

haber creído amar durante un lapsus.

Con cierta urgencia haber necesitado

esa, la oscura piel en la que nunca

toqué fondo. Al tacto, a oscuras

morir sobre su piel, tal fue el deseo

que me abrió de súbito los ojos.

Quemar sobre la propia indiferencia

esta soleada piel que me ha vendido.

Quemarme en frío, ardiente y esoftálmico

y no dejarla verme al otro día

sin emociones huir desabrigado.

En esta noche siguiente y perseguida

sé que es su libertad lo que he perdido.

 

 

 

COLÓN-ORIENTE

 

Esta noche las calles te confiesan

que habría un norte, un más allá, un pasado.

No está sólo tu lámpara en la pieza

ni el cassette despótico ilustrado

de la corriente de la conciencia en tu cabeza.

La ciudad como el río es un espejo

donde la carne se ha difuminado

por el negro follaje hacia allá lejos.

La llave de las cosas no está afuera

como tampoco está adentro la salida.

De solitaria, nocturna expectativa

la lluvia de oratoria amaga el fuego.

Vivir, morir ahora es un asunto

que siendo de vida o muerte no es urgente.

Nadie te espera a ti y a nadie esperas.

 

 

 

PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS

 

Es el afuera lo que me detiene

en el distante humor de la mirada.

Están las calles, las médulas abiertas,

y va a llover. Cómo escribir entonces.

Para qué confundir dos emociones

si ya la lluvia moja el pavimento

y las palabras no arriban a esta orilla.

La tarde blanca es sólo su distancia,

lo que faltaba y lo que sobra es tiempo

(tiempo es lo único que alguna vez perdimos).

El recorrido Santiago-Puente Alto

de una conciencia quemada por la luz

de un remoto interior. Su miopía

es el humor acuoso de las calles.

 

 

 

HORIZONTE REAL DE LA APARIENCIA

 

Planos, relaves y conurbaciones

que acosan mi estadía entre las sábanas

donde resto de espaldas a la vida

tan sólo en la mirada suspendido.

La mirada que domina la ardiente

senectud de esta mañana gris

quemada en sus pestañas por el frío

petróleo de los trabajos en la vía.

La luz cortada y los bloqueados puentes

no pueden desmentir que habría un nódulo

que se desplaza por las zonas inundadas:

vacía úlcera sobre el azul cobalto.

Retina desertora del insomnio

entre las sábanas de la rendición.

A mi mirada que no domina nada

algo la llama para ser mirada.

 

 

 

REFLEJOS CONDICIONADOS (INHIBICIONES)

 

Para el amago de incendio de sus ojos

tengo nombres presuntos,

direcciones equívocas si busco

la virtual procedencia de las llamas.

Loca de insomnio hasta la claridad

de sus ojos azules, en las sábanas

interrogo la forma que abandona

hacia la náusea de la aurora en ascuas.

Raros poemas, raras conversaciones

y es tan notoria aún la oscuridad

del abismo en que el tiempo y el espacio

juegan a separarnos. Y así el eco

y el díscolo granizo con el viento

en la mentida noche se estructuran.

Otra mentira. Y otro loca más

que borrarás de tu agenda (corazón)

pudiendo haber cobrado por calendas

fuego extinto al amor entre sus brazos.

 

 

 

PARQUE GRAN BRETAÑA       

 

Cómo sobrevivir de aquí a mañana,

cómo alcanzar otra vez la disipada

luz de las nieblas matinales,

la amarillez del otro despertar.

El gallo canta y el lirio se desdobla,

ensueños diurnos y vigilia insomne.

No es posible esta luz municipal

al acecho de las flores nocturnas

(cuyos estambres procesan ciegamente

el tacto del rocío artificial).

Lo que quiero decir: estos legados

de alegría social del día antes,

estas corolas de retinas blancas

que no evidencian ni camuflan nada.

Y a la luz de los focos sumergidos

que enrojecen el agua del estanque,

los jardines colgantes de la Polaroid,

el non sancto sepulcro de colillas,

polillas, flores y otros testimonios.

El fin dominical de ningún viaje.

 

 

 

RICARDO LYON 3352

 

Sé que no creo, pero no es bastante

ese premio menor de desconsuelo.

De una vida de pura explicación

desaparecen de pronto los paisajes.

Lo que no espero lo espero del azar

pero dudo del método en la noche.

Sin comentarios las hojas en los techos

acumulan inútil permanencia.

El mismo azar es un albur lejano

(no queda otro cigarro que el que fumas).

Me imagino que hay playas, que hay un norte

despertándose del despojo de las olas.

Pero en la vida misma constatarlo

se hace lento y difícil y desbordan

a estas horas los años estancados.

 

 

 

ABMATERIALIZACIÓN (O UBICUIDAD)

 

La calle muda en ruido sus señales.

No hay dominio, deslinde, regresión.

No morirás hoy noche, ya mañana

está cerca, chamusca tus pestañas

y se cuela otra vez por la persiana.

Poca agua trae, son los mismos días

los que se llevan, exiguos y cesantes,

lo que en ti hiciste arder y te fue caro.

Yo persigo mis pasos en tus huellas.

Yo estoy libre sin ti, mi semejante.

Compartimos un rostro atrabiliario

en distintos espejos y distantes

los finales nos tañen separados.

Para que vivas quemo este poema.

 

 

 

RICARDO SANTA CRUZ 654

 

En el patio interior las ramas grises

y el humo del lavado, la inminencia

de una vida que es propia y no vivida.

Esmerilado afán el de los vidrios.

por cubrir con motivos la evidencia:

sus racimos risibles y sus pájaros

sedentarios de un río empavonado.

Pero esta cosa gris, glacial y mía

que está allá atrás, al fondo, a la intemperie

sin orillas de un miércoles nublado,

de esta habla orillera es la ceniza

no puedo hablar de ella mientras pasa

no sé por qué secretamente anclada

a una huevada hueca del pasado

que se consume en la ansiedad presente.

 

 

 

MELANCOLÍA ARTIFICIAL

 

Es probable que sólo haya venido

para que pase el amor entre estas páginas

(una palabra en un idioma extraño).

Ese esplendor tardío y tan usado

en su efímera pose, ya distante

de la esfera que alumbra sus propósitos.

No lejos de los bosques prohibidos

el mar nocturno hiende sus orillas.

Pensar en esos límites ahora

demasiado remotos, los que eran

antes de ayer el punto de partida.

La estrella solitaria, la luz fría

que vela al acercarse lo que llama

(amanecer, vivir, otras palabras).

 

 

 

EL BOSQUE 151

 

Donde hubo fuego queda la realidad.

A partir de eso el mundo se me vela

(en la pieza vacía no hay cabida).

¿Interrogar, torturar ese fantasma,

la sábana de la que ha desertado?

La única hermosa, la única mirada,

ciega a mis ojos no mira lo que alumbra

(un cuerpo sin luz propia desvelado).

No busque entonces en el jardín nocturno

otra prueba del tiempo detenida:

habrá de sobra lluvia y corrupción

y una luz de mañana que nos niegue.

Por último saber que estas palabras

no alteraron el ruido ni el silencio.

 

ROBERTO MERINO (Santiago, 1961). Ha publicado los libros de poesía Transmigración (1987) y Melancolía artificial (1997); de crónicas Santiago de memoria (1997), Horas perdidas en las calles de Santiago (2000) y En busca del loro atrofiado (2005); y la antología Antología del humor literario chileno (2002).

 
JAIME LUIS HUENÚN

 

 

 

LIBRO

 

Sólo puedo leer tu cara, huenún jaime luis,

sietemesino feo, sólo

puedo leer tu mitad hijo,

tu mitas hueso y calavera encarnada

tu débil número negativo

hecho de cuarteada eternidad

                         y carne

 

Sólo puedo leer tu mitad

padre, hermano, aquel

que diariamente sale a conseguir

una mísera ración de estrellas, exiguo alimento

de palabras que no saben todavía ni

siquiera balbucear.

 

Sólo puedo leerte al lado de Otro,

sólo junto a los conjuntos rotos de tu madre,

sólo solitario pero nunca solo,

mal ladrón de la blancura de las Páginas.

 

Sólo puedo leerte juntando las letras

de tu vuelo de mosca reventado

al pie de un poema de Tu Fu.

 

Sólo puedo leer tu raíz falsa, huenún

Jaime luis, hombre

o duende porfiado o malo de la cabeza,

sólo puedo leer la mitad

del aire que te hace viejo,

la otra mitad las ganas

con el sudor de tus ojos

y aquello

no tiene explicación en mi

                                             alfabeto.

 

 

 

CEREMONIA DEL AMOR

 

Los árboles anoche amáronse indios: mañío e ulmo, pellín                   

e hualle, tineo e lingue nudo a nudo amárense                

amantísimos, peumos                     

bronceáronse cortezas, coigües mucho                

besáronse raíces e barbas e renuevos, hasta el amor despertar                      

de las aves ya arrulladas                

por las plumas de sus propios                    

mesmos amores trinantes.             

 

Mesmamente los mugrones huincas                    

entierráronse amantes, e las aguas                      

cholas abrieron sus vertientes alumbrando, a sorbos                

nombrándose, a solas e diciéndose: aguas buenas, aguas                      

lindas, ay pero violadas somos aguas Rahue,                  

plorosas Pilmaiquén, floridas e parteras e aún felices                

las arroyos que atraviesan como liebres              

los montes e los cerros.                   

 

E torcazos el mesmo amor pronto ayuntáronse             

los Inallao manantiales                   

verdes, las Huaiquipán bravías                 

mieles, los Llanquilef veloces                     

ojos, las Relequeo pechos               

zorzales, las Huilitraro quillay                   

pelos tordos, los Paillamanque                  

raulíes nuevos.                     

 

Huilliche amor, anoche amaron más                     

a plena chola arboladura, a granado                     

cielo indio perpetuo             

amáronse, amontañados                

como aguas potras e como anchimallén encendidos, al alba                  

aloroso amáronse,               

endulzándose el germen lo mesmo                       

que vasijas repletas de muday.                 

 

 

 

FOGÓN

 

Menos que el silencio pesa el fuego, papay, tu                

gruesa sombra que arde                 

entre leños mojados;                       

menos que el silencio a la noche                

y al sueño,                 

la luz que se desprende                  

de pájaros y ríos.                 

 

«Hermano sea el fuego», habla, alumbra             

tu boca,                     

la historia de praderas y montañas                      

caídas,                       

la guerra entre dioses, serpientes             

de plata,                    

el paso de los hombres                    

a relámpago y sangre.                     

 

Escuchas el galope de las generaciones,               

los nombres enterrados                  

con cántaros y frutos,                     

la lágrima, el clamor de lentas caravanas            

escapando a los montes de la muerte y la vida.              

 

Escuchas el zarpazo del puma                   

al venado,                 

el salto de la trucha en los ríos                   

azules;                       

escuchas el canto de aves adivinas                       

ocultas tras helechos                       

y chilcos florecidos.              

 

Respiras ahora el polvo de los nguillatunes,                    

la machi degollando al carnero                  

elegido;                      

respiras ahora el humo ante el rehue, la hoguera                       

donde arden los huesos del largo sacrificio.                     

 

«Hermano sea el fuego», dices retornando,                    

el sol ancho del día               

reúna a los hermanos;                    

hermano sea el fuego, papay, la memoria            

que abraza en silencio la sombra               

y la luz.                      

 

 

 

CISNES DE RAUQUEMÓ

 

Buscábamos hierbas medicinales en la pampa                

(limpiaplata y poleo, yerbabuena y llantén).                   

El sol era violeta, se escarchaban los pastos.                   

Bajaba el Rahue oscuro ya sin lumbre de peces.             

 

Oímos mugir vacas perdidas en la vega,              

y el ruido de un tractor camino a Cancha Larga.            

Llegamos hasta el río y pedimos balseo.              

Un bote se acercó silencioso a nosotros.               

 

En medio del junquillo dos cuerpos de agua dulce,                     

blancos como dos lunas en la noche del agua,                  

doblaron sus dos cuellos de limpia plata rotos,               

esquivando sin fuerzas los golpes y el torrente.              

 

Cada uno tomó un ave de la cola o las patas,                   

y remontó hacia el bote oculto entre los árboles.            

Los hombres encendieron sus linternas de caza,            

y arrojaron en sacos las presas malheridas.                    

 

Nos marchamos borrachos, emplumados de muerte,                

cantando unas rancheras y orinando en el viento.                     

En mitad de la pampa nos quedamos dormidos             

cubriéndonos de escarcha, de hierba y maleficios.

 

 

 

MARERO

 

De lejos he venido a trabajar el mar,                    

de lejos he venido a hundirme en la arena.                      

 

Mucho sol ha de darme todavía en la cara,                      

mucho polvo colorado quemará mis ojos.            

 

Silencioso sigo la huella de la Costa;                      

pocas sombras han dado sombra a mi palabra.              

 

Ahora busco un laurel en la Tierra del Eco,                     

ahora corto la rama en que veré mi suerte.                    

 

Huachihue llamaron antiguos caminantes                       

a este arco de rama hincado en la tierra.             

 

Si a mi vuelta lo hallo aún enterrado                    

señal será de vida y viejo he de morir.                 

 

Y si una de sus puntas hallo levantada,                

malos vendrán mis años y el viaje perderé.                    

 

 

 

CEREMONIA DE LA MUERTE

Uno

(Forrahue)

 

"...alzaban sus manos

ensangrentadas al cielo..."

 

(Diario "El Progreso" de Osorno

21 de octubre de 1912)

 

No hablábamos chileno, mi paisano,

castellano que lo dicen.

Copihue sí, blanco y rojo,

flor de michay,

chilco nuevo.

No sabíamos de Virgen ni de Cristo, padrecito,

ni del Dios en las Alturas.

jugábamos tirándonos estiércol de caballo en los potreros;

robábamos panales a los ulmos y a los moscos,

y pinatras a los hualles de la pampa;

mirábamos desnudas bañarse a las hermanas

con manojos de quillay en el arroyo.

Malo era.

Sí.

Por eso vino envidia y litigio y carabina;

por eso se volvieron lobos los venados y los peces.

Malo era, paisanito, malo era.

Comíamos caliente el crudo corazón de un cordero

en el lepún;

rezábamos huilliche al ramo de laurel

junto a la machi;

matábamos con fuego al que mete huecuve

contra el cuerpo y contra el alma.

¡Brujo diablo, anda vete! decíamos escupiendo,

y el bosque más espeso

escondía a la lechuza.

Malo era, malo era.

No sabía vivir el natural antes amigo, no

sabía.

Las mujeres se preñaban en lo oscuro y en lo claro,

y los hijos se criaban a la buena

de los bosques y los ríos.

Así era, mamita, así fue:

las estrellas dejaron de alumbrarnos

la sangre de repente,

y tuvimos que ocultarnos como zorros

en montañas y barrancos.

 

 

JAIME LUIS HUENÚN (Valdivia, 1967) Ha publicado: Ceremonias (1999) y Puerto Trakl (2002) y las antologías: 20 poetas mapuches contemporáneos (2003) y La memoria iluminada: antología de poesía Mapuche contemporánea (2007).


JULIO CARRASCO

 

 

 

SOBRE UNA MUJER QUE SINTIÓ CELOS DEL INFINITO

 

Nunca llevé la cuenta exacta

Pero no erraría demasiado si dijera que

esta mujer tenía 40 formas diferentes de comportarse en mi compañía

 

En la cama era dócil como una citroneta

Fuera de la cama era una beca de Satanás

 

Y entre ambos extremos había 38 matices

 

Nuestras conversaciones versaban casi siempre

sobre mi falta de competencia en tal o cual aspecto de la vida; auténticas

pruebas de fuerza en las que mantenía el equilibrio apenas

 

De sólo recordarlo brota de mis labios un "lo siento Sofía", que se

convirtió a poco andar en acto reflejo

 

Creo que me amó alguna vez, a su manera (de 40 maneras diferentes)

aunque nunca se sabe con las mujeres

Y yo a ella, a la manera de los reptiles (veo algún paralelo entre mi forma de entregar afecto y la de los reptiles)

 

También me odiaba un poco, es cierto, parece que por mi costumbre de quedarme inmóvil, con la vista en el infinito. Una tontería en todo caso, porque de acuerdo a mis opiniones de entonces ella era el infinito. De todas maneras eso la sacaba de quicio    

 

A la distancia y reflejos aparte: lo siento tanto Sofía.

 

Un día me di cuenta de que no había nada más que pudiera hacer para impedirlo.

Apreté el abdomen y la odié para desquitarme

No, no la odié, pero hice lo que pude

 

Y como era de esperar, no hice nada más.

 

 

 

MALA

 

Tomé contacto con Beirut

Allí tuve una mujer

Filuda como para

Rasurarse en las mañanas

No puedo amarte

Me había dicho

Soy mala

Pero yo no apartaba

La vista de su sexo

Y le decía:

Eso puede arreglarse.

¡Dios todopoderoso!

¡Si me hubieras dejado

Mirarle a los ojos!

 

 

 

DE CÓMO HICE DE MI BOLSO UN OBJETO DE PODER

 

Cierta vez errando en Indonesia

recibí de un talentoso brujo local

bajo circunstancias que no cabe discutir en estas páginas

media docena de palabras mágicas

destinadas a auxiliarme en mis intenciones de darle caza al rinoceronte blanco.

 

Luego de varios años de penosa búsqueda

sin que se hubiera presentado la más humilde oportunidad de utilizarlas

tras notar que mi bolso de cuero se había descosido

en los cuatro costados inferiores simultáneamente

decidí coserlo pronunciando dichas palabras

 

De este modo hice de mi bolso un objeto de poder.

 

 

 

DE CUANDO DESEÉ LA REPRODUCCIÓN DE LAS BARATAS

 

Cierta vez deseé la reproducción de las baratas.

 

Pasaba por Huérfanos un viernes en la noche

presa de uno de mis ocasionales ataques de neurastenia

y me detuve a observar unas baratas que tomaban el fresco sobre las

rejillas del alcantarillado.

 

Me puse a pensar entonces en la cantidad de baratas que habría bajo el asfalto

y en las potenciales epidemias que pudieran desatarse como consecuencia.

 

Dios me perdone por las cosas que le pedí esa noche.

 

 

 

LA ESTRATEGIA DE LOS INSECTOS

 

Casi por accidente fui a dar con una fiesta en la que conocía a muy pocas personas. Ese mismo día había leído sobre la táctica de un tipo de insecto para obtener alimento: emboscarse y esperar.

 

Me instalé en la barra con la vista en el infinito. Una muchacha se acercó en busca de vino y le pregunté si tenía caso tratar a la ciudad de Kawescar como objetivo militar. ¿Qué ciudad es esa? (preguntó). Luego miró hacia la pequeña multitud danzante y desapareció    

 

Lo primero que atiné a pensar es que los insectos y yo estamos bien donde estamos. Pude usar mi voluntad para comportarme como un insecto en una fiesta; ellos no pueden comportarse como otra cosa y por eso son lo que son    

 

Visto desde una distancia similar a la que media entre los insectos y yo, elegir puede representar tanto un modus operandi como la sustancia que hace diferentes a unos seres de otros:

 

Los insectos tienen más poder de elección que las plantas,

menos que los reptiles,

y así hasta llegar a nosotros, finalmente aptos para practicar la metodología del ensayo y error:

 

Errar es humano, elegir también.

 

La estrategia de los insectos, que inspiró estas líneas y algunas modalidades de Kung Fu, bien podría haber funcionado para atraer una chica. Tal vez en otra oportunidad.

 

 

 

JUEGOS DE ARTIFICIO II

 

Ella disertaba sobre la inexistencia del amor

hablando de amor, sin embargo, para explicarse

 

Nadie está libre de morder el polvo (digo ahora), aún sabiendo que lo que nos encerró en el pasado fue la jaula que construimos para otra persona

 

Se detuvo y dijo: esto es agradable

 

Pero no te hagas ilusiones (pensé yo adivinando el final de la frase)

Pero el amor no existe (terminó ella, confirmándolo)

 

Tal vez nosotros tampoco (dije con un hilo de voz, hablando por primera vez desde nuestro primer beso, quince minutos antes)

 

Podemos fingir que amamos si es para engañarnos a nosotros mismos y pasarlo bien un rato

 

No, fingir no es amar (dijo ella)

Entonces es lo contrario (dije comenzando a fingir)

 

Y dijo:

No me vas a confundir, el dolor me dejó insensible (la segunda frase es un invento mío)

 

Y dije:

El amor te dejó insensible

Es una manera de decirlo (respondió)

 

Enseguida pensé, recordando el dolor que he provocado:

Cada quien es responsable de lo que siente. Es un pensamiento egoísta, pero hecho de la misma sustancia que los sentimientos de aquellas mujeres a las que herí. También veo ahora que cuando me tocó sufrir lo hice jugando. Las lágrimas los celos todo una comedia. Qué sorpresa, estoy pensando como ella

 

Casi digo:

Eres demasiado joven para hablar así

(Habría sido un error imperdonable)

 

Vete ya (dijo después de un beso largo)

 

Me iré (le dije), pero antes quiero que sepas que eres una gran besadora

(Sus labios se curvaron)

 

¿Te veré nuevamente? (estaba auto convenciéndome de que la iba a echar de menos)

Quién sabe (mintió ella entrecerrando sus ojos verde claro a través de los cuales puede verse el infierno)

 

 

 

UN EXTRANJERO EN EL CORAZÓN DE CARMEN

 

It´s a long way to the top, if you wanna rock' n' roll

(AC/DC)

 

Vagaba a mis anchas en el corazón de Carmen

de pronto se cortó la luz

y una voz decía: "tiene 10 minutos para abandonar la nave; este recinto se autodestruirá"

 

expulsado de la vida de quien fue mi vínculo con la realidad

era incapaz de reconocer el mundo

mi situación era desesperada

(un extranjero en el corazón de Carmen)

 

catapultado sin paracaídas

"Carmen maldita nunca te perdonaré" repetía en voz baja

todo el amor que sentí por ella alguna vez se transformó en odio

 

ya fuera por uno u otro sentimiento, no dejaba de temblar al oír su nombre

 

hasta que la olvidé

mi corazón se llenó de estalactitas

pasó el tiempo, miré el paisaje

 

quise enamorarme pero las mujeres

se perdían no podían creer que mi corazón fuera un lugar tan lúgubre: creo que fui malo

 

por último leí algunos libelos sobre el autoconocimiento

no sé en qué pienso ahora, hago todo por inercia

 

y todavía me parece mentira estar escribiendo sobre ella

hija de puta digo

pero la he perdonado

pero la he perdido (quise decir)

"Soldado: la guerra ha terminado" (Rambo, primera parte)

 

es un camino largo

 

 

 

JULIO CARRASCO (Santiago, 1969). Autor de El libro de los tiburones (1995), Sumatra (2005) y Despedidas antárticas (2006).


YANKO GONZÁLEZ

 

 

 

PAREMIA

 

pero ponte en mi lugar pero

es que ponte en mi lugar es

lo que te digo ponte en mi

lugar encuentras justo que

no se ponga en mi lugar y

me pida a mí solamente que

haga el esfuerzo de ponerme

en su lugar sin molestarse

siquiera en ponerse en mi

lugar y pedir y pedir y pedir

que sólo se pongan en su lugar

dios mío que lío quien fuera

blanco aunque fuese catalán

 

 

 

ES QUE

 

a coke z. & carolina o.

 

te grita / no te habla / no

lo habíamos comentado

a

es que es cierto / no es el acento

ya le hubiéramos dicho

lo que me incomoda es decir

lo que soporto a medias

más bien lo que hay que

tolerar de vez en cuando

bueno / a veces / todas las mañanas

en realidad matiné / vermut / y noche

es cuando repite que nosotros

hablamos cantadito

y para humillarnos dice «cantaíto»

¿tú pronuncias «cantadito» o «cantaíto»?

digo independiente de que hablemos así

¿tú dices «cantaíto» o «cantadito»?

 

yo no encuentro.

 

 

 

PORDENTRO&PORFUERA

 

O sea

estuvo muchos años extrayendo heces

aunque          vamos

todos le decíamos el saca-mierdas

que traducido a su idioma vendría a ser

ducha fría      o        saca-piedras.

 

Convengamos que la mierda es memoria

del mismo modo que una palabra

es la memoria de su significado

repetía haciéndose el interesante

abriendo o cerrando el peso de las naranjas

de anne michaels con dibujos de john berger.

 

Pero vamos

un Trabajo de Mierda

para colmo en negro como la mierda negra

cómo explicarlo en nuestra lengua

se podría traducir como

un trabajo «verdaderamente» ingrato.

 

Y aunque usaba un traje guantes máscara y un lindo

casco verde

hedía

por dentro y por fuera

de hecho yo fui el que le puse

el pordentro&porfuera que en nuestro idioma

significa algo así como

el fétido externo ensombrece al fétido interno

amalgamándose hasta la hediondez extrema.

 

El punto es que se pasó sus buenos años

absorbiendo aquello

y ya se sabe

aunque las moscas cambien

las piedras siempre serán las mismas.

 

Y de esas frases que soltaba

como para su redención futura

fue quedando un fatal cansancio obvio

automáticas palabras varilla sonda acople

llave inglesa papel residencia quizás quince.

Mucha mierda.

 

Publicó algo

y volvió al Alto Volta

pero olía mal

el «caca blanca» le apodó su familia

que viene a significar más o menos sin certeza

alejándose o acercándose al campo semántico

aquel que trabajó como poeta

para los que nos traen

o nos quitan el trigo

de la boca.

 

O sea.

 

 

 

DEJA

 

a juan pablo gómez

 

deja constancia en carabineros. resuelve poniendo una

constancia en carabineros. afecte lo que le afecte dice yo

soy de los que pongo una constancia en carabineros. si

sucede algo si me vulneran. si me molestan por el idioma.

no, no. dejo constancia en carabineros. que no cuesta

nada quedas tranquilo dice un trámite más un trámite

menos. ilustra con su sobrina en pittsburgh con su vecino

en lleida. sin abogados sin leguleyos poniendo constancia

en carabineros. que si va a mayores. que si se pone negro.

que a uno lo dejan en la frontera recomienda la debida

constancia en carabineros. en su experiencia nunca hay

cola. ni en matucana ni en países de todas partes. que se

espera en la guardia que se solicita soy de afuera y vengo a

instalar una constancia en carabineros. y que vale la pena

te buscan pieza. piensa que se trata de tomarle el peso.

después solo después buscar trabajo. vendiendo humo.

pero devuelve. pero repite de no hacer tal. de no pasar. de no

dejarse estar. de no estampar lo que decía de carabineros.

 

 

 

CARLOS KELLER

 

El que pasea se solaza de su imagen que proyecta la vidriera

No sabe que no es él lo que el cristal devuelve

Que la transparencia no fija su líquida figura

 

Pero insiste en posar para una foto interminable

Componiendo para sí lo que el parto no produjo

Balanceando la carne de un pie a otro

Negando con la córnea sus fisuras.

 

Como si no bastara con la luz que no coincide

Mueve su cabeza al dial que le acomoda

Pero el mensaje que en sordina la radio expande

Es la efigie: misma imagen misma voz

Que su propio mandamás soslaya.

 

 

 

PARA QUÉ

 

hablar de cómo llegó aquí

con una mano adelante

si no sabía comprar

para tirar la cadena me preguntaba

señora carmen esto

señora carmen esto otro

- no me digas señora !

fue que le dije

dime carmen

pero no «cam-men» como te sale.

 

me creerás que se hizo la ofendida.

 

 

 

UNA DE ALLÁ

 

te citará a reuniones inútiles para inscribirse en tu agenda.

para inscribirse en las agendas de tus pocos amigos. para

inscribirse en la agenda de todos a los que pueda medrar

protagonismo. dirá que el sur es lento. que no conocen a

kitano que no leen a yehuda amijai que no hay un persa bío-

bío. llamará para pedirte teléfonos, nunca cejará de pedirte

teléfonos. postulará ganará te olvidará. conseguirá por tus

amigos una patente de alcoholes. un local central. venderá.

restaurará comida tailandesa. contratará en negro. saldrá

en el diario local regional nacional junto a Perla de Cuidado.

dirá que la ciudad es lenta. que las ferreterías se encarecen

que la plaza se llena de farmacias que no se apoya a la

microempresa. particularmente a la restauración exótica.

porque no hay nada que comer porque los aguacates llegan

blandos porque venden humitas en la calle. que no aguanta.

que feliz un mes en el verano y después de vuelta de donde

nunca debió salir. y no se va. aún medra más. tiene muchos

empleados. se abrió al rubro de la lencería zapatería y

abarrotes. se hizo socia de casas de remates. arma y desarma

auspicia. quiere una parcela. quiere un loteo. quiere «algo»

frente al río. reclama que no la invitan. que está aburrida.

que está escuálido el cóctel.      que quiere elegir autoridad.

 

 

 

PORQUE

 

quien ama paga quien llora bala

y sola sana y sabe.

 

porque quien cava pena quien pasa sea

brea amnio apnea.

 

porque quien levita lame quien daña cala

sala raspa caldea.

 

porque quien huye atrapa quien posa afea

pierna piel presea.

 

porque quien veda evade quien cela rala

cruz cubil cadera.

 

porque quien soba miente quien escupe mea

mosto mies marea.

 

porque quien roza queda quien cierra amarra.

 

 

Yanko González Cangas (Buin, 1971) ha publicado, entre otros, Metales Pesados (1998) y Alto volta  (2007) ; el libro de entrevistas Héroes Civiles & Santos Laicos (1999). Junto a Pedro Araya, editó la traducción y estudio de La Muerte se está Fumando mis Cigarros, de Charles Bukowski, y Zur dos. Última Poesía Latinoamericana (2004/2005).
JUAN CRISTÓBAL ROMERO

 

 

 

LA MUERTE QUE SOLICITA EL DÍA QUE NACE

 

Chè saetta previsa vien più lenta

(Paradiso C. XVII)

 

I

 

Todos los pájaros del vecindario

han hecho su nido en los huecos

de mis tejas. Resquicios donde habitan

muy a pesar mío.

                               Se anuncian

a eso de las tres, con el insípido

y áspero gorjeo del ave domesticada.

 

Inquilinos mendigando los pesos

justos para pagar la cena

y el trasnoche, que en mi desacostumbrado aprecio

por las ciencias naturales -tanto más odiosas

cuanto menos ocultas- no sabría

distinguir de otros de su especie, como no sea

por el hábito de estarse la mañana entera

esperando que el buche se harte

de bolsas de té y cáscaras

de tomate.

                     Han cantado

los pájaros sobre el tendido

sin puntuación y sin silencios.

 

II

 

Jamás se detuvieron

en los signos que traslucían

esos trinos monorrimos, los viejos

 

naturalistas, suficientemente

atareados en la imposible

enumeración de tendones

 

y tibias, o en las curiosas maneras

en que las madres desollaban

a sus crías enfermas

 

de un modo en que Ugolino,

ni en los ratos de mayor apetencia,

intentó con alguno de los suyos.

 

Y aunque solamos presumir

del predominio de la poesía

sobre las otras ciencias descriptivas

 

como la botánica, por ejemplo,

quién sabe si este último no sea

el tono que convenga a estos asuntos,

 

en especial cuando compruebo

que el verso no es lo oscuro

que la triste ocasión obligaría.

 

III

 

Frustrada vanidad con que imitamos

el ademán de aquellos vates de segundo orden,

marcando el metro con los dedos

como quien cuenta las monedas

del vuelto o un preso los días que restan.

 

También rimé como éstos

-apenas asomados en los huecos

de mis tejas- lo que hoy me resultan

grotescos malabares

de quien sólo buscó caer en gracia.

 

Pregúntenle a Nora si no.

¿O acaso fue uno más de tus arranques

para justificar una dialéctica

de los sentidos: versos diagramados

como las piezas negras de las damas

 

mientras los asistentes aguardamos

ansiosos alguna jugada

que extrañamente asombre?

Quien tiene tu carta resume

tus exactas palabras:

 

por qué no intentas algo

menos forzado, qué se yo,

prosa lírica por ejemplo,

que no desmerece en rigor

frente al más cerebral soneto.

 

Supongo no pensabas en la tuya,

Nora, precisamente, ni en ninguno

de los canarios que decoran

las jaulas de tu biblioteca,

con el pico a tiro de postón,

 

aguijoneando la brutalidad

de las pandillas con sus hígados

acabados de salivar.

Todos los pájaros del vecindario

han hecho sus nidos entre mis tejas.

 

Y por más que los he visto anidar

los mismos huecos, como un cráneo vuelto

a invadir por las moscas;

hay ratos, los menos por cierto,

en que se hace difícil distinguir

 

si son las aves o yo mismo

quien escarba, mitad en sueños,

-con esa suerte de estribillo

coreado hasta el hartazgo- los resquicios

donde me habito, muy a gusto mío.

 

IV

 

Lo mismo que una hilera

de hormigas buscando capear la lluvia

-que ellas mismas preceden y provocan

en su nerviosa huida- los pájaros son

el eco que recuerda

una música que está por venir.

Especie de himno prusiano que nunca aprendí

en la ignorancia y apatía

de los profesores del Verbo

Divino y que ahora, mundos después,

vuelve a la vida en este sonsonete

sin asunto y mascado a tantas voces

como nidos entre mis tejas.

Pequeños dioses domésticos parafraseando

en una lengua que se obstina a la traducción,

como no sea en la metáfora de una mano

que me agarra y me remese de un sueño ligero,

para anuncio del sol y la tragedia.

 

V

 

 

Todos los pájaros del vecindario

y de las villas contiguas han hecho

su nido entre mis tejas

y muerto en mi jardín.

De lo último dan cuenta

las treinta crucecitas levantadas

por mis hijas y adornadas con flores

de mostacilla. Túmulos de arena

para ser disputados por los gatos

en veladas de luna crecida.

No más se visten, cuando

ya están junto a la puerta

provistas de su tarro

de Nescafé, con la certeza

del nuevo trofeo que traerá el día.

Viudas en su habitual

paseo al camposanto

en prueba de una ciega devoción

a los maridos enterrados

sin tocar. Nunca supe

cómo se inició aquel macabro esparcimiento

con que los pájaros evidenciaron

nuestro precario bienestar.

Carne dispuesta al sacrificio

para gusto y adoración

de mis pequeñas pitonisas

ante cuyos tiernos cuidados

se aplaca todo el celo celestial.

Y no porque de un tiempo

a esta parte, los de mi casa

pazcamos mansos y lozanos

como bueyes entre los pastos

más altos y más verdes

que trajo marzo alguno,

hemos de confiarnos a los caprichos

de estos dioses domésticos

ante cuyos designios los espíritus

sanguíneos somos fácil presa.

 

VI

 

A estas alturas, Rosa,

de veras me reprocharás

el aburguesamiento del oído.

 

A qué tanto de esto y de aquello, cuando

cinco sílabas bastan

no más, para comprender los augures del cielo.

 

Si tu vulva hablara como tu boca,

rosa, te dejaría perorar

hasta que tus labios dieran

 

carne con carne, créeme,

pero en la incertidumbre doblo

hasta cuatro veces tu carta,

 

y garabateo el primer verso

que se me viene de golpe a la memoria. Cuento

las sílabas -cinco-. Disfruta Rosa el placer

de mi derrota.

 

VII

 

En la hora incierta que precede al alba,

los de mi casa duermen como sapos

al abrigo de los juncos. Y qué otra

cosa cabría hacer para mejor

perder el tiempo -porque a tales prácticas

hemos consagrado el ingenio-

como no sea treparnos

a la marquesa de la cama

y batir los brazos como los ciegos

agitan sus párpados contra el sol.

O acaso detenerse en las metáforas

que ocultan las arias de esta ópera

en sordina, con el derecho

a la versión:

                     silbidos, siseos, la matraca

de un triciclo de gas licuado

que aún no dobla la esquina y que confundo

en mi monomanía

con el avance de un orfeón

de escolares vestidos

de prusianos con su lección a medio aprender,

o un metro machacado hasta la nausea

rondando como los zancudos

en mitad del insomnio,

el golpeteo de las ancas muertas

de una rana sacudida por los electrodos,

un tubo fluorescente

tartamudeando o el trueno

que anuncia la primera lluvia

de junio: dan al menos la idea del sonido

que me eriza los pelos del pellejo.

 

VIII

 

Y todo ocurrirá a la vuelta de este

o cualquier otro día.

Una llamada telefónica

que de primeras nos parecerá

la sangrienta pitanza de un familiar borracho.

O simplemente una escena doméstica

con algo más que un plato roto

a razón de la ira acumulada largamente.

Ironías del esposo ideal,

experto sátiro y lingüista, que no hacen sino

traslucir la asimetría de aquel

inocente momento de inconsciencia, del que ella,

más que yo, fue cómplice y guía.

Vaticinios autocumplidos donde los pájaros

no son más que el eco, se ha dicho,

de una música que está por venir.

Por momentos nuestra tranquilidad

depende de tan poco, y nada

resiste los trinos del avecilla

mañanera, ni a la imposible

numeración de giros

contra los tendidos de luz y el cielo.

El pájaro alza el vuelo

y cae asaeteado entre las flores

de mostacilla. Las niñas contienen

la risa tras la puerta

a la espera de que aquel nuevo

trozo de carne compense

los túmulos saqueados

en las nocturnas correrías.

 

 

 

JUAN CRISTÓBAL ROMERO (Santiago,1974) Ingeniero civil. Ha publicado Marulla (2003) y la traducción libre de Libro Segundo de las cartas de Horacio (2006). En 2004 editó El viejo laurel, antología de Armando Uribe Arce.


ANDRÉS ANWANDTER

 

 

 

CLAVES PARA UN MONÓLOGO DE DOS

Caminábamos oscuros por la noche sola

de la mano de unos versos que cosían la boca

con un par de puntos a favor del silencio

-un juego de palabras-, la lengua

se hacía un nudo de hilo, para enredar

la metáfora de esas citas nocturnas

que se llevaban a cabo en parques,

cuyos nombre convertíamos en claves

o cruces para marcar el mapa

de nuestros desaciertos.

 

 

 

FRENTE

 

Sueño un rato que duermo, doy vueltas

y más vueltas en la cama: despierto.

 

El día comienza o termina a través

de alguna persiana entrevista en el sueño.

 

Liviano, invariable, del mismo color

que tiñe el revés de los párpados.

 

El día termina o comienza detrás

de alguna ventana entreabierta en el sueño.

 

Por ella me asomo y distingo la calle

que llega a mi casa. De lejos, diviso

 

mi sombra, que viene del este y camina

con rumbo a la noche. Me acerco.

 

El día comienza o termina por sobre

algún horizonte emergido del sueño.

 

Un hombre atraviesa los campos de espigas.

 

 

 

FILM

 

 

También acaba por aclararse

la película del tiempo: esta

 

piel adherida a las cosas

trasluce las cosas, finalmente

 

ciertas. Materia arrojada

al mar, masticada en las huecas

 

mejillas de las olas. También

se agrieta de pronto la cáscara

 

rugosa del tiempo y asoma

como un fruto provisorio

 

la memoria. Carne cruda

y sangrante en los duraznos

 

abiertos. También se disipa

a medio camino la capa

 

de bruma que envuelve los días

que vienen del mar. La humedad

 

se estrella en los cerros costeros

y satura los bosques. Así

 

se evapora la tarde en Valdivia

y asoma el humor de la noche

 

por entre sus poros. Entonces

se rasga la tela tendida

 

del cielo y los meses futuros

escurren a cántaros: llueve.

 

 

 

PROVIDENCIA

 

Encontramos tarde el cruce entre las líneas

de mi palma derecha y la tuya.

                                                  Ninguno

quiso verse más la suerte en esa esquina

-cada cual con su proyecto, su novela-

descartándola al instante de los mapas

personales.

                   Demoramos el saludo

y arrugamos el futuro, al despedirnos.

 

 

 

CENIZA

 

Fantasma de fantasma, fotocopia

que mira, ignora, inquieta, cada vez

más tenue en la solapa de su madre

-motivo ocasional de nuestra lírica-

imagen entre imágenes de archivo

marco para declaraciones públicas

graffiti en facultades de provincias

concepto de una 'muestra colectiva'

papeles que levantan de la calle

los pasos apenas, el viento.

                                            Basura

que alguien barre, amontona, y luego quema.

 

 

 

ENCUESTA

 

Sin más salario que el sol

sobre la espalda, recorro

 

-mapa y carpetas en mano-

una manzana tras otra

 

llenas de breves pasajes

al otro mundo. Trazados

 

como pedazos de letras

sobre los planos sin sombra

 

de la ciudad. De este modo

escrita para aves y aviones

 

medianos, la prosa dispersa

y fuera de foco, que pueblo

 

de pasos fortuitos. La calle

que busco carece de números.

 

La plaza cercana no existe.

Me siento a observar los dibujos

 

de polvo que el viento deshace

y anoto entre mis formularios:

 

la calle ha cambiado de nombre.

 

 

 

SI ESCARBAS EN LO ESCRITO ENCUENTRAS HUESOS

 

pero el suelo de la historia es pavimento

la vereda que transito al elegir cada vez

un oficio que alcance -veloz- el futuro

molicie del insomnio nacional.

                                                  Olvida

el cerebro de Chile en barbecho, me dicen

los inmensos vertederos que el encuadre

de los hechos excluye:

                                     fascinado

por las bodas de un ídolo del teatro

la ubicación para el nuevo zoológico

el turbio negocio de las sanitarias.

 

 

 

BERENICE

 

Un comienzo glorioso: laureles

para Apolo.

                    Llevé esa corona

durante semanas, y no me jacté

de otra noche en tu automóvil, secreta

brumosa, como el ánimo que encoge

todavía el corazón.

                               Una tarde

de campo recuerdo: en el prado

se habló sobre dioses y drogas

(confesabas -distraída- a tus amigas)

y un fin de semana que fuimos hermosos

en los usos del amor, bajo unos pinos

oxidados por el mar.

                                  De esta manera

fundamos nuestro idilio, sobre mitos

que cedieron a su peso:

                                      era el año del perro

y nos mordió en los talones. Resaca

feroz en las orillas del deseo

nos dejamos arrastrar hasta el naufragio

constelado, sin arrugas, en la piel.

 

Cortaste tus cabellos y acordamos

un adiós inteligente, por teléfono.

 

 

 

ESPECIES INTENCIONALES

 

Mientras estos ojos envejecen

el mundo permanece como nuevo.

 

Reluce en las mañanas

y difunde por la tarde su brillo

 

en todas direcciones. Mientras esta

mirada se curva hacia dentro

 

y forma una cuenca y recoge

la lluvia constante de escenas

 

el mundo permanece como un plano

inclinado y las imágenes resbalan

 

al abismo de la historia. Mientras estos

ojos se licúan a nivel de las pantallas

 

y se agitan y remansan bajo el cielo

estrellado de los párpados, el mundo

 

es un mar donde las luces tranquilas

se mecen y migran en círculos

 

concéntricos sin rumbo. Mientras esta

mirada abandona las órbitas

 

fijas del globo ocular, el mundo

recorre una elipse a la inversa.

 

Y retorna a su centro en el sueño. 

 

ANDRÉS ANWANDTER (Valdivia, 1974) Ha publicado El árbol del lenguaje en otoño (1998), Especies intencionales (2002), Square poems (2002) y Banda Sonora (2006).

 


CLAUDIO GAETE BRIONES

 

 

Cultiva la digresión, como una ceja se enarca signo

y el ojo va tras de otros ojos exclamatorio; cultívala

sin cultivar nada. Vale por el beneficio

de unos párpados que de noche iluminen

esa estrecha grandeza de los hombres parecidos

a un rincón de sogas y de aceite.

         Y quien lo fuera

         y cuándo cuando

las bombas caen sobre la Ciudad de los Ángeles

al par que Dinando recuerda su acné, las manos en el vientre

aquí mismo y en todo lugar aminorado no digas la verdad

no nos digas la verdad

no estamos preparados, no nos basta.

La verdad es una mala yerba en el jardín de nuestros juegos

          y hay que decirlo: la infancia

          dura demasiado.

 

***

 

Un cactus, amoroso como el que más

lo es todo a la orilla de la carretera. No está ahí

para hablar por boca de los difuntos y por suerte

tampoco es un poema en la vastedad de la pampa:

un gato muerto y una liebre, un perro

muerto y una paloma ¿qué dicen estos animales

          Porque una cosa es morir

          y otra ser despedazado

una cosa es morir y otra ser olvidado a la orilla

de la carretera, pudrirse entre las manos de un dios

a vista y paciencia de viajeros veloces: no

la tierra no es un libro. Si quieres

el cactus ese lo es todo y amoroso

no haba, no es poema y si así lo quieres también

          cactus no es su nombre

          no tiene nombre ni es nada.

 

***

 

Compuesta sobre una mesa, mientras comíamos

y el resfrío nos quitaba el sabor a cucharadas el día

se nos iba así. Por un lado postre de frambuesas -el ocaso-

por otro cables y el pájaro de Sin Novedad en el Frente

-el patio- y encima de ambos la anécdota de

lo perdido -la suegra:

          ¿Dónde está mi hija? La llamo y no responde.

         Está ocupada. ¿Qué cosa está ocupada?

-Hay que fumar. -Se hace tarde. -Carcajadas:

la sobremesa es mi obra de teatro favorita

actores-autores-auditores se retiran a sus deberes

-cierre de telón- y las luces de la ciudad, después del diluvio

casi memiran cual una muchacha -la hija-

sentada sobre la tranca esperando al primer despistado

          con ganas de recomenzar el sentido perverso del ocio.

          -Recuerdo que ella decía:

                                                   me importa poco.

 

***

 

Vuelven las pequeñas depresiones: extienden

sus gavias y basculan contra el viento, debo

decir aquí: en el oleaje de los años, si me diera el ánimo

para una metáfora naval. Simplemente vuelven

por lo bajo, vendiendo humo y el cráneo

de rigor en la mano derecha -quién sabe

          a estas alturas si el bufón no es acaso

          la mejor estrategia de combate.

Fin. -Todo se acaba pronto, particularmente

el horror al vacío: resbala por el espejo

un trozo de hielo y no hay tiempo que baste

ni una línea de expresión, ni suavemente

podré devolver el saludo que ha mucho quité

a mis vecinos. Tan cuidados se les ve, una planta

          en macetero nuevo: juro que dan flores

          y a mi pesar, el corazón me roban.

 

***

 

Henos, secuencialmente quietos, veloces

cruzando en metro lo que antes se llamó

la enardecida entraña de la tierra. ¿Sabes tú

de hondura?, te decían. De la asfixia

¿qué sabes tú? -Negrura y negrura, contestaba uno

si tan sólo fuera cierto que todas las aguas llevan al mar.

          Ahora el asunto

          va en otro sentido

y te toca: ¿cuántos idiomas hablas?

-Yo no sé que sé ni qué no sé

yo no sé hablar aunque lo finja.

Una vez a las quinientas ando vivo por las calles

y sin decirlo, soy hombre, quinientas veces a la vez.

Observa, voy a mostrarte algo que no entiendas:

          cadáver.

          Pero mi trabajo será mostrarte algo que sí entiendas:

                                                                                        morir.

 

***

 

Grande todo por la perspectiva, ya se sabe

entre los milagros y desastres de mi infancia

hay uno que opaco obsesivamente en su tumbita:

nací detrás de un coigüe, el sol por la izquierda y al fondo

-como debe ser- la noche respirando premonitoriamente

la escritura de la vida. Siempre más pequeña que las hojas blancas

          siempre mujer ella, inclinárase manuscrita

          por el peso y la prisa de una mano que guía.

Pero la tierra no tiene nombre. La mala yerba mírala:

esto no tiene nombre, decimos indignados

y de allí nos viene precisamente la rabia, de abajo

de saber que las cosas no tienen nombre y si ya

son dos veces o más, será que hablamos por hablar

grande todo por la perspectiva, ya se sabe:

          es un decir.

          Sólo por la perspectiva.

 

***

 

Nunca

          -cuando ésta es la única palabra que logras

rescatar de un sueño. Es el título de un libro y ese libro

fue incendiado en una ciudad sudamericana.

Lejos de su lengua, una noche goyesca de fusilamientos.

Alcanzaste a leer entre las llamas y alguien

lo repitió con pánico en tus oídos:

                                                       Nunca.

          Haces memoria en la ducha, el día

          tu cara y siempre no:

¿el libro de los solidarios? ¿el libro de los solitarios?

¿los sicarios? -Tumultos de tinta se acercan

y alejan de las hogueras. Edificios semidestruidos.

Sirenas y descargas dando el compás de la noche.

Una luz como de carne abierta. Una luz como

de ausencia prolongada. Una luz como de sombra.

          Amor mío

                            -haría falta morir

          para volver a decir algo así.

 

***

 

Habiendo caminado, dije por ti, visto

y respirado lo suficiente, es hora de

acostumbrarse a partir. Querido corazón

querido cuerpo: lo más difícil fue vivir del crimen

por mor de un juego así, su recuerdo

no debiera estar a nuestro alcance.

          Todo lo que digas

          será póstumo

todo lo que escuches, una contraseña.

La música sabia no es de virtud

-podrá ser usada en nuestra contra.

Pues si un hombre se va, por un instante

todo morimos con él

y en modo alguno es aceptable ir de calle en calle

         meando los versos del traidor: el lenguaje

         no puede seguir siendo mi silencio.

 

***

 

Algo se quebró -casa y voz, cuarto y vos-

si tantas veces dentro, ser afuera fue arrastrar

con la sombra no más que una puerta. Entonces

con aquellos que me han olvidado podría hacerse una ciudad

pero con los que me recuerdan basta para hacer un hombre.

Una calle que subiendo a casa baje y vague en la multitud:

          el tendero juega con su perro albino

          cuerpo a cuerpo, de animal a animal

como debe uno sangrar un día que fuera un año, un barco

sostenido en su reflejo, tanto mejor si distante

más frío y tembloroso qué. ¿Un gesto ensayado para mostrar que sí sabes

que un poco más el plazo y ya no mueres por delicadeza?

Al cabo quién entiende a los Neptalí

          a esos que pudieron ser poetas

          y pasaron.

 

***

 

Donde dice digresión imagínese entonces maleza y flor

violeta si se puede.

                               -disidencia. Donde se menciona

la Ciudad de los Ángeles: todas las ciudades alguna vez

especialmente aquellas que dan al mar, donde viven por decirlo así

los analfabetos, los que no quieren al forastero y son de escasos amigos.

Allí la muchacha del Espejo dice, como Jarry, me importa poco

          en una obra compuesta por el mismísimo

          Guillermo de Aquitania

y si te pones de cabeza un largo rato, qué podrías

esperar: comienza a fallarte la sangre en los pies

no logras dar ni un paso, no sabes dónde ir.

Olvidas incluso tu propia dirección y la cara se te va roja

azul, negra, hasta que ya nadie te reconoce

y no falta quien te da un puñetazo en el hocico:

          la beca del disidente

                                             -su lector.

 

***

 

Mi homenaje: olvidarte, hasta nuevo aviso.

Si eres tan bella no me obligues, te haré el amor

por cuenta propia. Llegado a ese punto

no habrá por dónde errar: escogeré el violín.

La decisión es previa, la respuesta siempre antecede a la pregunta

y cualquier rastrojo puede oficiar de amuleto por tiempo indefinido.

          Con las palabras

          se me sale un poco la boca

y su te hablo te beso, y si te escucho me dueles

tus manos frías que dan el pase, el vicio

de la paciencia y al cabo: sólo una idea de quién eres.

Sé que nunca me perdonarás haber dicho lo debido

en el metro cuadrado de una cabina telefónica

mientras el horroroso pito del auricular me suicidaba

          levemente humano, diría

          y tú, ocupada.

 

***

 

Alguien te regaló un poema y escribirlo es ahora tu deber.

Eso es todo. La poesía es cosa de fidelidad.

Si los ojos brillan no será del sol exactamente

sino más bien por la mirada de los otros. Anoche

el pueblo quemó a Judas y en monedas lo destripó

los niños van recogiendo esas brasas sonoras

          e indiferentes a toda traición

          nos observan recién llegados

a esa puerta que como los párpados, nadie puede abrir por ti.

Un honor muy breve, si se piensa

pues no habitas una ciudad sino una escalera:

el último peldaño es el cuerpo de los muertos bajo el mar.

Una gaviota que se escribiendo sobre la losa del cielo

un epitafio tan largo, tan vago y en verdad: qué aburrimiento

          la hora de estos querido disidentes

          y su querido cementerio.

 

CLAUDIO GAETE BRIONES (Valdivia, 1978) ha publicado El cementerio de los disidentes (2005).

 


PAULA ILABACA

 

 

DE "LA CIUDAD LUCÍA"

 

ella dijo mi violencia será este cuidado mal visto ella dijo

mi vestido

y sollozó lentejuelas pasmadas avenidas

las gestas y las calles de la ciudad despejan un dibujo

ella dijo dibujo mientras duerme ella dijo

duerme

y velaron demonios bajo la cama

esta ciudad no

esta ciudad y su trono mi violencia es cemento ella dijo en su trono

mi violencia es cemento y primó sobre todas las cosas

 

***

 

la ciudad lucía

lentejuelas pasmadas avenidas

la mayoría de las formas en su gesto eran minúsculas

suponiendo encuadres y montones de ecos

sucede con su voz con su pelo su posible criatura entera

su detalle horroroso en las comisuras de la boca ella dice

mi pobre boca y el barro que la salpicó

mi pobre cara cada vez más deslucida extraña

en el espejo de la pieza poderosa lucía

un detalle en la mano tan claro un detalle con barro

en el deseo del ángel que cubre de poros su sueño

pobre lucía pobre

abre las piernas y grita

 

***

 

la ciudad lucía

lentejuelas pasmadas avenidas

la mayoría de las formas en su gesto eran minúsculas

suponiendo encuadres y montones de ecos

sucede con su voz con su pelo su posible criatura entera

su detalle horroroso en las comisuras de la boca ella dice

mi pobre boca y el barro que la salpicó

mi pobre cara cada vez más deslucida extraña

en el espejo de la pieza poderosa lucía

un detalle en la mano tan claro un detalle con barro

en el deseo del ángel que cubre de poros su sueño

pobre lucía pobre

abre las piernas y grita

 

***

 

lucía era un sueño en donde una manera era padecer

sí mi niña mi pedacito carmesí no eras ciudad no

eras piernas eras una vulva hermosa donde un ángel marrón vivía

por qué marrón mamá? por qué marrón

si los ángeles son blancos como mis dientes como esas nubes

como mis toallas mamá?

no todos los ángeles se parecen hay un ángel que atrapado en el légamo

te tira figuras de carey hacia el cabello y ese ángel es marrón mi niña ese ángel es marrón

marrón mamá marrón no sé lo que es eso

yo puedo ver lozas puentes edificios torres avenidas en mi sangre mamá

pero acá nada es marrón nada y si yo te digo qué es marrón?

lo sabrías?

me dirías?

yo tuve sueño una vez y caía por una manera caía por lugares sin ley

mamá por lugares de fango y hedor qué dirías si yo te

mamá qué dirías?

no todos los ángeles se parecen no todos mi niña

hay uno marrón que atasca en su forma de sudar en su ciénaga repleta de oro

mamá

yo podría ser hedor mamá?

mamá mamá qué es el oro mamá?

 

***

 

por atrás el motivo de su violencia se pinta en la pared con barro

redime su peso redime su basta basta rancia mi corazón

lucía se estira y dice mi corazón mi corazón de botones carey y leche

mi corazón de barro su corazón no no no no no te voy a mostrar mi corazón

lucía dice él dice su corazón de carey y leche su corazón de barro mi corazón

ella dijo murmura te lo doy todo todo mi corazón

escucha un lado barroso a la orilla del légamo pronuncia fuerte mi corazón

 

***

 

mamá

ella me da ganas de morir

ella y su toalla su rojo su respiración

ayer vi como le brotaban

a ella a él unas alas blancas como su leche

ella me da ganas de acabar

ella y su manera de mover

se ella y su respiración

di ángel mamá di

ella me da ganas ella me da ganas

 

***

 

son las caricias las que lo hacen no

son unas calles al rozar

yo di me iba corriendo por santiago

yo di son unas calles

al rozar su rostro con saña

jadeo no no me dejes yo di

escupo en un vaso no

es una calle por la que brotan

ecos ecos muchos ecos

dices recoge las alas ya

recógelas roe con las uñas

yo sé una calle por casualidad

en cemento barro cié

nagas nagas nagas

hedor de eco oro leche

 

***

 

bésalo por mí mamá

cuando se duerma

para que no tenga más pesadillas no

para que tenga un poco más de

compasión

bésalo en la boca mamá

cuando se duerma para que le saques mi corazón

de entre sus dientes

para que se lo saques

y todo quede sellado mamá

lucía di y que todo quede sellado

en la forma mamá

en esa manera que tiene de morder

incluso mientras duerme

 

***

 

por ejemplo al momento de la partida

por ejemplo al momento de querer proteger

me por ejemplo cuando escucho su respiración

bésalo por mí mamá mientras yo escucho

que hay una turba esperando por su contorno mamá

una turba

que no deja de chillar qué es un ángel? qué es un ángel marrón?

 

***

 

al momento de ceder mamá al

momento de apretar

cuando bate las alas escupe

y me llena la cara de barro

cuando bate las alas y no puedo respirar

o como cuando se queda

en un rincón de la ciudad

y hostiga

por ejemplo mamá esa es su nueva forma de

joder

lucía dice se queda en un rincón

con los ojos cerrados y dice mientras duermes

y dice se supone que esta noche no debes

dormir

mi niña mi

pedacito carmesí

se supone que esta noche no debes

siquiera pensar en poder dormir

porque mientras yo pateo y jodo en el barro

la ciudad no

la ciudad no descansa no

la ciudad solo debe padecer

lucía di

la ciudad solo debe padecer

 

***

 

 

(recuérdame como si fuera la última gota que cayó

sobre tu hombro

recuérdame como cuando la sangre y el barro

no me dejaban respirar

recuérdame como esa arista desnuda de la ciénaga

ángel ángel

recuérdame como cuando rezaba para poder acabar

junto a ti

se apagan los rezos

se apagan las luces de la ciudad se apagan

se apagan los violentos

las violentas heces que sacaste de mí

se apagan los llamados el sonido de tus alas se apagan

se apagan ya no sé más de mí

ángel ángel

ya no sé más de mí)

 

***

 

me merezco la cara llena de barro?

lucía se pregunta en la manía de su comisura en esa manera que tiene de

me lo merezco me lo merezco

el corazón que chorrea tanto barro mamá me lo merezco?

me lo he lavado me

lo he sacado sin compasión

por las noches mamá cuando nadie ve

cuando se supone que debo dormir

cuando el ángel me mira desde el barro

cuando el ángel se me acerca volando

yo no sé mamá yo no sé

cómo vuela con el barro pegado a las alas

yo no sé cómo

se puede volar

pero se acerca mira cómo se acerca

bésalo por mí mamá

cuando lo veas dormir

antes de que vuele mientras duerme

y sácale mi corazón de entre los dientes

para lavarlo

para sacarle el barro que chorrea

hasta que mi pobre corazón me diga que no

lucía dice

hasta que me quede limpio

me merezco todo este barro mamá en mi

me merezco todo este barro en mi corazón?

 

 

PAULA ILABACA (1979) ha publicado Completa (2003) y La ciudad lucía (2006).